El trabajo en equipo de tu clínica dental depende de tu liderazgo.

Infinidad de textos son los escritos en internet acerca del liderazgo y, siendo algunos muy interesantes, yo voy a centrarme en lo que sé que te interesa para que puedas responder a la pregunta que tanto me hacen de: ¿cómo consigo que me hagan caso sin parecer autoritaria o autoritario?

 

Las 4 claves para liderar tu clínica dental.

Antes que nada, si te asalta este pensamiento: “mi forma de ser me impide liderar mi clínica dental”, quiero que lo deseches porque, aunque no lo creas y te resulte difícil, puedes y debes liderar tu proyecto odontológico. Este artículo te ayudará.

Para liderar tu clínica dental debes ser parte integrante y activa del equipo. Ejercer la autoridad que tu cargo como dueña o dueño de tu clínica te otorga, ¿funciona?, sí, pero liderar al equipo humano de tu consulta es más eficaz. 

Las claves son:

  1. Fomentar la comunicación.
  2. Aprender a delegar.
  3. Motivar
  4. No procrastinar.

 

Veámoslas en detalle.

1. FOMENTAR LA COMUNICACIÓN CON EL EQUIPO DE TU CLÍNICA DENTAL

No puedes liderar al equipo si no te comunicas con él. Y para una buena comunicación debes saber:

  • Pedir /pautar
  • Escuchar.
  • Resolver.

 

  •  Saber pedir / pautar. 

Como líder te corresponde establecer qué personas y qué tareas se deben realizar para lograr objetivos concretos. 

La frase “es que no hacen lo que quiero” es del todo ambigua. No des por sentado lo que para ti es una obviedad porque no es práctico ni productivo.

Ahorrarás tiempo y frustraciones si estableces tareas específicas para lograr objetivos concretos. 

En tu clínica no hay “cosas” que hacer, hay trabajos y maneras de ejecutarlos que debes concretar y pautar. Así, cada miembro del equipo conocerá cuáles son sus tareas, sabrá priorizar en cada momento y asumirá responsabilidades.

Además, te aconsejo que acompañes las directrices que pautes con el objetivo que se debe alcanzar y el beneficio que supondrá para todo el equipo. 

Conocer los beneficios es más motivador y productivo que la imposición sin más.

  • Saber escuchar. 

Pero no sólo hay que saber pedir, hay que saber escuchar.

Y aquí te propongo un ejercicio de empatía. ¿A que te gusta sentir que escuchan tu opinión, se tiene en cuenta y es aceptada o rebatida de forma constructiva? Pues créeme si te digo que el resto de tu equipo siente lo mismo que tú.

En mis sesiones de coaching siempre animo a que todo el equipo plantee ideas, opiniones y valoraciones que puedan beneficiar al conjunto.

Obviamente, las aportaciones deben ser realistas con el servicio que ofrece la clínica. Y, por supuesto, además advierto que siempre hay que estar abierto a que la aportación no se tome en cuenta si no es viable. Es decir, lo que a mí me parece una idea genial, puede ser rebatida, de forma constructiva y rechazarse, y eso no debe causar malestar ni frustración.

La comunicación fluida diaria es importante, pero también te animo a que organices reuniones de equipo de forma periódica y reglada para valorar de forma conjunta la evolución del equipo.

  •  Resolver.

En último término, eres tú quien debe pautar las soluciones o dar cabida a las nuevas ideas que el equipo plantee de forma concreta y eficaz.

Si la comunicación cae en “saco roto”, no solo no servirá de nada, sino que tu equipo dejará de comunicarse contigo.

2. DELEGAR FUNCIONES 

Sí, por mucho que te cueste admitirlo, no puedes ni debes hacerlo tú todo. Ya sé que cuesta, sé que es difícil, pero debes delegar.

Aunque seas capaz de llegar a todo, la carga de estrés que eso genera para ti, más tarde o más temprano te pasará factura.

Además, ¿a que te gusta sentir que otros confían en ti y en tus capacidades? Pues a los miembros de tu equipo también. La confianza aumenta la motivación.

 Y, como sé que te cuesta, mi consejo es que empieces delegando tareas pequeñas para ir confiando poco a poco en el equipo.

Estas pautas te ayudarán:

  • Identifica tareas concretas que no requieran de una supervisión inmediata por tu parte.
  • Escoge a la persona más capacitada para realizarla e invierte un poco de tiempo en explicarle exactamente lo que quieres que haga y cuál debe ser el objetivo que debe conseguirse con esa tarea.
  • Establece en qué horarios debe realizarse.
  • Supervisa, indica posibles correcciones y refuerza de forma positiva el trabajo para que, en caso necesario, se ejecute mejor la próxima vez.

 

Delegar te ayudará a aprovechar las aptitudes de cada miembro del equipo, a reducir el estrés y a optimizar el tiempo. Todo ello repercutirá de forma positiva en el equipo y, en última instancia, en tus pacientes, por lo que sí, créeme si te digo que delegar es muy productivo para tu clínica dental.

3. MOTIVAR AL EQUIPO

Más allá de las cuestiones monetarias, en las que no voy a entrar porque doy por hecho que las tienes bien gestionadas, hay otra serie de elementos que deberías tener presentes para la motivación de tu personal. 

Teniendo en cuenta que un equipo motivado es más productivo, merece la pena prestar especial atención a este punto.

  • Valoración de la capacidad personal. El equipo lo componen un número determinado de personas, cada una de ellas con unas capacidades concretas. Valora esa capacitación personal y asigna tareas acordes para que cada miembro desarrolle su trabajo de forma efectiva y se sienta parte activa y valorada de un proyecto común. 

 

         Recuerda, asignar tareas sin tener en cuenta la capacidad individual puede ser frustrante para en quien recaen, y la frustración es incompatible con la motivación.

         Por ejemplo, en la recepción necesitas a una persona empática y asertiva. Si pones esa labor en manos de una persona introvertida o con poca mano izquierda, te estarás haciendo un flaco favor.

  • Invertir en la formación y desarrollo del equipo. Todo aquel material, curso, ejercicio, o tiempo que inviertas en mejorar las condiciones de trabajo, será valorado por todo el equipo. Haz que tu equipo sienta que te involucras no para que trabajen más sino para que trabajen mejor.

 

          Exigir la realización de un trabajo sin poner a disposición de quien lo acomete todos los medios necesarios, ya sean materiales o formativos, desmotiva al equipo. 

  • Practicar con el ejemplo. Si cada miembro del equipo, incluyéndote a ti, tiene sus tareas asignadas para conseguir el objetivo fijado y tú no cumples con tu parte, transmites que el objetivo no es importante. Por eso es necesario que, cómo líder, el equipo sienta que tu implicación es, como mínimo, la misma que la del resto.

 

  • Abogar por la conciliación. En Odontología se asume que el horario partido es prácticamente inevitable. Sin embargo, conciliar los horarios que el servicio de salud odontológico implica, es un gran motivador para todos los miembros del equipo, incluyéndote a ti. 

 

         Por eso, plantear modificaciones puntuales de horarios que ayuden a conciliar la vida laboral con la personal es muy productivo por el plus de motivación extra que conseguirás.

         Planificar horarios intensivos en periodos vacacionales, conceder algún puente o día libre, no solo motiva, sino que además favorece el “darlo todo” en el resto de las jornadas.

         Si estas modificaciones en el horario se plantean con criterio, el beneficio motivará tanto al equipo que se esforzará para que la atención al paciente no quede mermada y puedan realizarse sin dificultad. 

4. EVITAR PROCRASTINAR LO QUE BENEFICIE A TU CLÍNICA DENTAL

Si, para realizar una tarea se necesitan varios elementos, eres tú la persona encargada de darles entrada o autorización, pero lo dejas para otro momento, estás frenando a todo el equipo. 

Al principio puede que te insistan, que te animan o incluso que se ofrezcan a ayudarte, pero si procrastinas las decisiones o actuaciones, tu equipo entenderá que no hay interés por tu parte y el suyo. 

Por ejemplo. Si sabes que tu clínica necesita un programa de gestión, puedes asumir el coste y sabes que facilitará el trabajo de todo el equipo, mejorando la atención al paciente, procrastinar su implementación es un error. 

“Me da pereza ponerme a buscar”, “no tengo tiempo”, “no me aclaro con la informática” … Dan igual las excusas. Si es bueno para tu consulta e incorpora beneficios para todos, no lo dudes y actúa. Pide ayuda si es preciso, pero actúa.

 

Como ves, es difícil que un equipo funcione de forma coordinada y cubriendo todas las necesidades de tu consulta si tu liderazgo flaquea en alguno de estos puntos. Refuérzalos y conseguirás que el equipo te siga para alcanzar los objetivos de desarrollo de tu proyecto odontológico.

Estoy segura de que este artículo te ayudará a reflexionar sobre cómo lideras tu clínica dental. Si hay algo que puedes mejorar lánzate a ello. Si tienes dudas en cómo hacerlo, cuenta con mi apoyo. 

Y, recuerda, tu clínica habla de ti, y el funcionamiento de tu equipo debe hablar de lo bien que lo lideras. Cuida los detalles

Déjame tus comentarios para seguir creciendo.

Marga García Paje

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